"¡Hey! ¡Ya te dije que yo no robé el tesoro!", gritaba Bai Yunfei. Habían transcurrido aproximadamente veinte minutos desde que consiguió bajar de la montaña sin matarse en el intento. Y el gran escorpión continuaba persiguiéndolo a través de un amplio campo boscoso. "¡Si vas a seguir con esto, entonces no me culpes si me vuelvo un poco agresivo!" Yunfei se sentía agotado después de ser perseguido por tanto tiempo. Cambió sus anillos con atributo de Agilidad por otros con Fuerza, dispuesto para luchar. Luego de saltar hacia la cima de un árbol, Bai Yunfei se giró, listo para encarar al gran escorpión cuando de pronto una sensación de pesadez invadió su cuerpo, seguido de un extraño dolor de cabeza. "No puede… ser. ¡Estoy envenenado!" Al salir de la cueva, inconscientemente había respirado un poco de la niebla venenosa del escorpión. Esto era inevitable. Los efectos comenzaban a reflejarse en la condición actual de Bai Yunfei. ~¡Chiii!~ El gran escorpión emitió un fuerte chillido. Batió sus tenazas recubiertas con energía elemental de Viento y dos poderosas ráfagas fueron disparadas a las ramas sobre las que se sostenía Bai Yunfei. El joven perdió equilibrio y terminó yéndose hacia abajo. Pero el gran escorpión no iba a darle oportunidad para recuperarse. Agitando las alas, se impulsó rápidamente y le propició un coletazo con el que lo mandó a volar lejos. Bai Yunfei veía el mundo girar por los aires. La bestia de Alma gritó nuevamente y se apresuró a ir tras él. Sin embargo, se detuvo cuando escuchó que caía bruscamente en una superficie de agua. El gran escorpión se exaltó y fue en dirección por donde voló Bai Yunfei. En el nuevo sector se atisbaba un río. Yunfei estaba siendo llevado por la corriente. La bestia permaneció inmóvil, evaluando la situación. El humano usaría esa oportunidad para escapar, no dudaba de ello. Sin embargo, las siguientes palabras de Bai Yunfei hicieron que el escorpión, a punto a lanzarse a perseguirlo, se quedara quieto de la sorpresa. "¡Ayuda! ¡No sé nadar!" Viendo como Bai Yunfei era tragado por la corriente, el gran escorpión sencillamente no movió ni un ala. Segundos después emitió un chirrido y se dio la vuelta, regresando a su cueva… Para un cultivador en el reino de Espíritu de Alma, ser arrastrado por la corriente de un río no supondría un severo peligro. No obstante, el caso era que Bai Yunfei se encontraba debilitado por el veneno. Yunfei se sentía frustrado. Su lucha con el gran escorpión fue en vano, pues el tesoro de la cueva fue robado por otra persona. En lugar de haberse entretenido peleando con la bestia, debió haberse centrado en eliminarla para luego buscar el tesoro inmediatamente. Ya era demasiado tarde para pensar en eso. Yunfei tragó varias bocanadas de agua fría antes de poder concentrar su Fuerza de Alma en los brazos, buscando algo en lo cual sujetarse. Puede que esto no sirviera para evitar que el flujo de agua continuara arrastrándolo, pero al menos le daría algo de tiempo con el cual eliminar el veneno de su cuerpo. Lamentablemente, la corriente se volvía más fuerte y frenética, impidiendo que Yunfei tuviera siquiera un segundo para concentrarse. "¡Maldición! ¡Qué mala suerte la mía!" Cientos de metros más adelante, se atisbaba el final del camino: una cascada. Bai Yunfei alzó la vista al cielo lo mejor que pudo. "Demonios… Esto no puede ser. ¡¿Realmente tendré un final así?!" La cascada se acercaba lentamente, o mejor dicho, Yunfei se acercaba lentamente a la cascada. Totalmente desesperanzado, dio su último suspiro, pero de pronto reconoció una figura dentro del agua aproximándose a él, nadando tan rápido como un pez. El corazón de Bai Yunfei saltó de alegría. Hizo lo que pudo para acercarse a su salvador. Pese al agua turbulenta, aquella persona no vio frenado su avance. Alcanzó a Bai Yunfei en cuestión segundos y tiró de él hacia la orilla cercana. Sentado a la orilla del río, Bai Yunfei escupió varias bocanadas de agua y se golpeó el pecho con un puño, recobrando el aliento. Quien salvó a Bai Yunfei fue un joven portando una holgada túnica de algodón, de cabello largo y negro. Desataba la cuerda alrededor de su cintura, que ató al tronco de un árbol para evitar ser arrastrado por la corriente. "Gracias, me has salvado la vida", dijo Bai Yunfei, agradeciéndole al joven. "No hay necesidad de agradecerme. Simplemente pasaba por aquí y te vi siendo tragado por el agua. Por cierto, ¿cómo terminaste en esa situación?", preguntó el muchacho, sonriendo. "Un descuido, un enorme descuido", explicó Bai Yunfei torpemente. El joven no hizo más preguntas, solo limitó a decir: "Me llamo Shao Ling. ¿Cuál es tu nombre, hermano?" "Bai Yunfei". "Mi casa está cerca, hermano Bai Yunfei. Busquemos un cambio de ropa o de lo contrario…" "¡Cuidado!" Bai Yunfei gritó y saltó sobre Shao Ling, tirándolo repentinamente al suelo. De los arbustos a un costado de la orilla, un tigre saltó por encima de ellos. La bestia revelaba unas fauces cubiertas de sangre y emanaba un aliento fétido. Por un instante, la mente de Shao Ling se quedó en blanco. ~¡PaM!~ Se oyó un fuerte sonido de choque. Bai Yunfei golpeó al tigre con su puño derecho, ahuyentándolo inmediatamente. "¿Estás bien?", preguntó Yunfei al desconcertado muchacho. "¿Eh? Oh, si… estoy bien. Gracias, hermano Bai Yunfei". "Je, je, no te preocupes. Ahora estamos a mano". Yunfei había eliminado el veneno que circulaba en su cuerpo, por lo que ya se sentía mucho mejor. Shao Ling tardó casi un minuto en comprender lo que acaba de pasar hace poco. "Hermano Bai Yunfei, ahuyentaste a ese tigre solo con un puñetazo, ¿cómo es eso posible?" "No es la gran cosa. Se defenderme y una bestia como esa no representaba gran amenaza", dijo Bai Yunfei como si fuera de lo más normal. Luego echó un vistazo a la espesura del bosque a su alrededor. "Dijiste que tu casa estaba cerca, ¿cierto? Vamos, entonces". "Eh, sí, claro… Vamos, hermano Bai Yunfei". Mientras Shao Ling conducía a Bai Yunfei a su hogar, otro acontecimiento estaba ocurriendo no muy lejos.