

Ave Penumbra Veloz
~¡Choo!~
El resonante canto de un ave se escuchó desde un bosquecillo cercano, pareciendo deprimente y pesado. Acto seguido, una bandada de aves alzó su vuelo hacia el cielo a toda velocidad. Apenas al escuchar aquel lamentable llanto, Bai Yunfei sintió un flujo de Fuerzas de Alma en la misma dirección.
"¡Son muchos cultivadores de Alma, y dos de ellos están en el reino de Espíritu de Alma!" Bai Yunfei frunció el ceño.
Un extraño vendaval provino del bosque, haciendo que los caballos se alteraran y comenzaran a relinchar. Los jinetes se apresuraron a calmarlos lo mejor que pudieron.
"Joven Bai, ¿qué está pasando?", preguntó Huang Wan, al ver la reacción que había tomado Bai Yunfei y el resto.
"Cultivadores de alma… y son muchos". Yunfei desvió la mirada. "Pero es extraño, ¿contra qué estarán luchando?"
Al escuchar la deducción de Bai Yunfei, el gesto de Huang Wan cambió drásticamente. "Creo que es mejor que nos apresuremos a marcharnos de este lugar. No queremos vernos involucrados en alguna pelea…"
"Ciertamente es mejor mantenernos alejados de los problemas", coincidió Bai Yunfei.
"¡¿Qué?!" La voz de Jing Mingfeng, cargada de emoción, llegó a los oídos de Bai Yunfei mientras se acercaba a él. "¡Cómo puedes perderte algo tan interesante! ¿No quieres al menos ir allí y echar un vistazo?"
"¿Cómo sabes que se trata de algo interesante?", preguntó Yunfei, algo confundido.
"¡Es interesante porque no sabes que está ocurriendo!" Jing Mingfeng sonrió. "Vamos a ver qué pasa. Si es algo aburrido, entonces nos marchamos".
"Es fácil decirlo…" Bai Yunfei se quedó sin palabras. Aunque pudiera esconder su presencia, si aquellas personas en el bosque eran más fuertes de lo esperado, podrían llegar a detectarlo. Huir después de eso iba a ser un problema.
"Sí, sí, ¿por qué no vamos a echar un vistazo? También somos cultivadores de alma y podemos defendernos si surge algún problema. Igual no es como si fuéramos a buscar problemas, ¿cierto? Solo veremos que ocurre". Tianming, a un lado de ambos, parecía sumamente emocionado, con los ojos brillantes, apoyando la idea de Mingfeng.
"Emmh…" Viendo el rostro sonriente de Tianming, Yunfei dudó. También estaba ligeramente interesado en el asunto. Pero lo que más le llamaba la atención fue llanto del ave.
"Tía Zhao, vayamos nosotras también. Me tiene preocupada el canto del ave", propuso Tang Xinyun inesperadamente.
Las gruesas cejas de la tía Zhao se arrugaron. Meditó sobre ello un momento y después asintió suavemente. "Muy bien, pero solo miraremos desde un lugar seguro".
"Mmm". Tang Xinyun asintió a su vez con un pequeño gesto y se volvió para ver a Bai Yunfei.
"Bueno… vayamos todos, entonces". Al final, Yunfei no pudo negarse. Antes de marcharse, le explicaron al señor Huang que irían a echar un vistazo para descubrir que pasaba, y que el resto del grupo aguardara con tranquilidad hasta que regresaran.
Mientras se internaban en el bosque, Yunfei y los otros pudieron percibir las fluctuaciones de energía elemental en el aire, además de la presencia de una decena de cultivadores de alma, por lo que redujeron el ritmo y se acercaron con más cautela. Todos ocultaron su Fuerza de Alma para evitar ser detectados. Jing Mingfeng incluso había ocultado su olor desde el momento que entró al bosque. Tanto Yunfei como la tía Zhao y Xinyun se sorprendieron por eso, pues no parecía que fuese Mingfeng quien caminaba detrás de ellos, sino otra persona.
En cuanto a Tianming, su poder apenas llegaba a la etapa Intermedia de Personificación de Alma, por lo que realmente no tenía mucho que esconder. Aunque su respiración era un poco agitada, a menos que alguien se propusiera a usar su Sentido de Alma para rastrear la presencia de algún enemigo, no lo podrían descubrir.
Jing Mingfeng decidió tomar la delantera del grupo. Varios pasos más adelante, se detuvo e hizo un gesto a los otros para que también pararan.
Bai Yunfei se acercó a su lado y miró a través de las hojas de un grueso arbusto.
Aproximadamente a cien metros adelante, se hallaba un pequeño lago y, alrededor de este, las siluetas de nueve personas formaban un círculo en el área. Estas personas no enfocaban su mirada al agua del lago, sino al cielo.
En el cielo, dos aves azules volaban de un lado a otro, embistiéndose constantemente, mientras un águila dorada esperaba un poco alejada. Cuando una de las aves azules, la más pequeña, trataba escapar, el águila se apresuraba a interceptarla, forzándola a regresar al mismo lugar de antes, que era en medio del círculo que formaban aquellas misteriosas personas desde el suelo.
Las plumas de ambas aves luchando no eran de color azul, en realidad, sino que se apreciaban de esa manera porque estaban cubiertas por energía elemental de Viento. El ave más pequeña tenía un plumaje blanquecino, además de un rastro de sangre cubriéndole la parte baja del abdomen, y aleteaba difícilmente por culpa de una herida. Su enemiga era un águila dorada como la que esperaba apartada del círculo.
Con cada aleteó frenético que realizaban las aves, una fuerte corriente de aire se propagaba por los alrededores.
Sin duda alguna, aquellos animales se trataban de bestias de alma. El ave herida generaba pequeños torbellinos con el batir de sus alas, enfrentándose al águila. Sin embargo, esta última estaba en mejores condiciones y los ataques no resultaban efectivos en su contra. Las personas abajo observaban fijamente y se movían ocasionalmente cuando las ráfagas de aire se desplazaban hacia ellos. Pero de entre todos esos cultivadores de alma, solo dos se mantuvieron inmóviles todo el tiempo, sin apartar su atención de la lucha entre las bestias. Parecían concentrar su Fuerza de Alma. Uno de ellos se vio obligado a levantar una mano envuelta en energía color dorado para bloquear algunas ráfagas que se propagaban con mayor poder.
Aparte de aquellos dos sujetos, el resto portaba redes y cuerdas, esperando una oportunidad…
"¿Quieren atrapar al ave blanca? Tanta gente… Dos cultivadores en el reino de Espíritu de Alma, tres en el de Guerrero de Alma, y cuatro en Personificación de Alma… Es evidente que no quieren matar al ave, así que esperan a que agote su poder". Esta era la primera vez que Bai Yunfei veía un combate entre bestias de alma, y eran tres. "Esa ave blanca… parece…"
"¡Tía Zhao, es un ave penumbra veloz!" Yunfei escuchó la voz ansiosa de Xinyun y se giró para verla. La chica se había acercado mucho a su lado y miraba la pelea de las bestias con un rostro lleno de preocupación.
"Es esa ave penumbra veloz… Y pensar que anduviera por estos lados, parece que hay mucha gente que quiere atraparla".
Al escuchar lo que conversaban las dos mujeres, Yunfei preguntó: "Señorita Tang, ¿ya ha visto antes a esa bestia de alma antes?"
