

La aparición de un poderoso enemigo
En la entrada de la secta Sauce Verde, dos grupos de personas se miraban los unos a los otros con gran tensión.
Mu Wanqing se paró frente a la puerta de la secta junto a un grupo de discípulos, mirando seriamente a un simio de gran tamaño y de un pelaje que entremezclaba los colores negro y dorado.
Se trataba de una bestia de alma del Quinto Nivel en la etapa Intermedia, de más de cinco metros de altura; un simio gigante de ojos dorados, que estaba de pie frente a ellos como una firme montaña. Sin embargo, pese a que todo su pelaje contrastaba el mismo color de sus ojos, no se le veía ningún resplandor de vida en estos. Irguió su cuerpo y con los puños comenzó a golpearse el pecho, emitiendo fuertes sonidos similares a los de un tambor, ‘tum, tum, tum’, a su vez que levantó la cabeza y rugió en dirección hacia el cielo.
A varios metros, Yang Lin tenía una fría sonrisa en sus labios y observaba sombríamente a los miembros de la secta Sauce Verde. Detrás de él, a su derecha, estaba el líder de la secta Glacial, Yu Fei, así como los dos ancianos, Liu Cheng y Zhang Zhenshan, además de docenas discípulos menores que los acompañaban. A la izquierda, se encontraba Li Long, y el misterioso hombre cuyo cuerpo entero estaba envuelto en una túnica negra.
Yang Lin se sentía bastante irritado; buscó durante todo un día y no fue capaz de encontrar a esa otra persona que le arrebató su bestia de alma a Li Long. Entonces, decidió dirigirse a la secta Sauce Verde para exigir que el asesino fuera entregado, pero rechazaron su solicitud por completo. Desde su perspectiva, que una pequeña secta como Sauce Verde se atreviera a negarse a las demandas de su secta Domadores de Bestias era suficiente motivo de enfado. Creyó que sería un asunto pequeño que podría resolver con solo unas pocas palabras, pero ese no parecía ser el caso. ¿Cómo no molestarse por eso?
Sintió que tal vez esa pequeña secta no supiera que él realmente formaba parte de la secta Domadores de Bestias, así que liberó al simio gigante de ojos dorados luego de unas breves palabras de desacuerdo. Y, cuando vio las caras de sorpresa frente a él, estaba satisfecho, por lo que dijo con voz fría: "Maestra Mu, lo repetiré solo una vez más… La secta Glacial se ha unido a la secta Domadores de Bestias. Entregue al asesino del hijo del anciano Zhang o de lo contrario… ¡no me culpe si nos mostramos un poco groseros con ustedes!"
"¡Hmph! Que sagaces palabras, secta Domadores de Bestias. ¿Crees que porque sean una de las diez sectas más reconocidas son capaces de hacer lo que se les antoje en el mundo?" Una voz ligeramente sarcástica se oyó detrás de Mu Wanqing. Era You Qingfeng.
"¡Qingfeng, de la secta Madera de los Cinco Elementos!" La cara de Yang Lin cambió ligeramente. Él sabía que la secta Sauce Verde tenía alguna relación con la secta Madera, por eso no quería arriesgarse a realizar un movimiento innecesario. Empero, no imaginaba que el mismo You Qingfeng estuviera presente.
You Qingfeng miró al hombre de túnica negra junto a Yang Lin. Se entrevió una pizca de cautela en sus ojos. Echó otra mirada a la multitud de la secta Glacial reunida en la entrada. Frunció el entrecejo y dijo: "Usted ha dicho que el invitado de la secta Sauce Verde acabó con la vida del hijo de un anciano de la secta Glacial, ¿tiene alguna prueba de ello?"
"Bai Yunfei asesinó a mi único hijo. Varios de mis hombres lo vieron con sus propios ojos. ¿Cree que yo estoy inventándolo? ¡Pues tráigalo ante nosotros y descubramos cual es la verdad!" Zhang Zhenshan exclamó de entre la multitud, y aunque aquel sujeto de la secta Madera era mucho más fuerte que él, su odio hacia Bai Yunfei lo hizo hablar sin miedo. "Todo esto era originalmente un problema personal entre Bai Yunfei y yo. No quiero causar un conflicto entre las sectas. ¡Solo le pido que entreguen al asesino para que podamos resolver esto por nuestra propia cuenta!"
You Qingfeng arrugó las cejas ligeramente. Dado a que los motivos de Zhang Zhenshan se orientaban únicamente en la sincera venganza de su hijo, no pudo replicar nada. Miró a Mu Wanqing, quien estaba a punto de decir algo, pero entonces vio que Yang Lin resopló fríamente una vez más y dijo: "You Qingfeng, esto es un asunto insignificante, ¿realmente quieres ir en contra de mi secta Domadores de Bestias para proteger a un joven sin importancia? Ahora que estoy aquí, definitivamente no me iré sin él. ¿Podría ser que deseas ver cómo estas dos sectas se enfrentan la una con la otra?"
Los ojos de You Qingfeng destellaron; la situación era, en efecto, complicada. Una ráfaga de viento se propagó por un lado y de repente la figura de una persona apareció en escena.
"¿Eres de la secta Domadores de Bestias?" Hong Yin echó primeramente un vistazo al simio gigante de ojos dorados y luego miró sombríamente a Yang Lin antes de preguntar.
"¡Es él! ¡Tío, es el hombre que me robó mi lobo de trueno!" Tan pronto como apareció, Li Long, a un lado de Yang Lin, lo señaló con un gritó de sorpresa.
La repentina aparición de Hong Yin causó que todos los presentes se exaltaran un poco. Incluso el hombre de túnica negra que se mantuvo en silencio todo el rato, levantó un poco la cabeza en ese momento, observándolo con interés.
Yang Lin escrutó a su vez a Hong Yin con una mirada pesada, y frotó de manera imperceptible el anillo en un dedo de su mano izquierda. "¿Por qué quieres ir en contra de mi secta?", preguntó.
"Si tu formas parte de la secta Domadores de Bestias, no hay nada más que decir". Un destello de ferocidad se asomó en la mirada de Hong Yin. "¡Muere!"
En el momento en que pronunció esas palabras, Hong Yin empujó el suelo con extrema fuerza y su cuerpo se impulsó como si fuera una veloz corriente de aire, dirigiéndose hacia Yang Lin.
No obstante, Yang Lin ya se había preparado. Tan pronto como Hong Yin se movió, agitó su mano izquierda y una bestia de alma parecida a un rinoceronte apareció instantáneamente delante de él. El animal gruñó y bajó la cabeza para cargar en dirección al enemigo, mientras que el simio gigante de ojos dorados pareció comprender también la idea, extendiendo sus largos y gruesos brazos para atacar a Hong Yin.
"¡Rinoceronte de cuerno punzante de Quinto Nivel!" Hong Ying parpadeó y se apresuró a realizar un salto por encima de la cabeza del rinoceronte, rozando su cuerno. Dio un suave giro en el aire esquivando los manotazos del simio gigante, aterrizando a pocos centímetros de su espalda. Entonces lanzó una patada horizontal que propagó una corriente de aire a modo de torbellino y golpeó la cintura del simio. Instantáneamente lo presionó empujándolo suavemente con la palma de sus manos.
Increíblemente, el voluminoso cuerpo del simio gigante de ojos dorados voló por los aires, propulsado incontrolablemente hacia un lago a diez metros de distancia.
"¡Xiao Tang!" Tras decir su nombre, la pequeña bestia saltó del hombro de Hong Yin sobre el pecho del simio gigante.
Cuando cayeron en el lago, el agua salpicó por todas partes estrepitosamente. Todos vieron con ojos atónitos como esa bestia de alma de Quinto Nivel fue fácilmente empujada con suma facilidad.
Una vez que Hong Yin se deshizo temporalmente del simio gigante, sin la más mínima pausa se trasladó a toda velocidad hacia Yang Lin, quien ahora tenía un gesto aterrorizado. Agitando la muñeca, una daga blanquecina apareció en su mano, dispuesto a apuñalar al domador de bestias.
Sin embargo, junto cuando estaba por estirar su brazo para asestar la cuchillada, su rostro se tornó pálido y abruptamente abandonó sus intenciones de ataque, redirigiendo su daga a un costado derecho para bloquear otro ataque entrante.
La daga blanca hizo contacto con la sombra de una palma negra, que emitió un crujiente sonido metálico y una ola de aire se propagó por obra del impacto. La multitud alrededor no pudo evitar retroceder unos pocos pasos por el efecto, pero cuando levantaron la mirada para ver qué pasaba a continuación, vieron que dos figuras retrocedieron varios metros y permanecían una delante de la otra.
~¡BooM!~ Una fuerte explosión provino desde el lago. Una enorme masa de agua se elevó lentamente y el cuerpo del simio gigante fue envuelto por esta, dejando sobresalir su cabeza y apenas los hombros. El simio de ojos dorados agitaba incesantemente los brazos pero no fue capaz de librarse de la bola de agua en la que estaba atrapado.
Sobre el hombro derecho del simio estaba Xiao Tang, con todo su pelaje erizado. Había aumentado un poco de tamaño y sacudía sus pequeñas garras como si estuviera manipulando el agua por arte de magia.
Hong Yin no se preocupó por la situación en el lago, sino que miró al hombre de túnica negra con disgusto. Al sacudir unas pocas gotas de sangre en el filo de su arma, preguntó con voz serena: "¿Tú también eres parte de la secta Domadores de Bestias?"
El desconocido de ropas negras ocultó su mano derecha, que temblaba ligeramente. La daga había perforado su guante de oro negro, regando algo de sangre a sus pies.
"Colmillo Sanguinario… Eres el hijo del lobo, Hong Yin... Llegaste a la etapa Temprana de Ancestro de Alma a tan corta edad. Como se rumoraba, eres todo un genio". La voz ronca proveniente de aquel sujeto de túnica negra se escuchaba grave y a su vez profunda, haciendo muy difícil determinar su edad.
Al escuchar esas palabras, todos los presentes se veían aturdidos, con gestos pálidos de sorpresa. Y Yang Lin aún más, incapaz de controlar sus pies que llevaban su cuerpo en retroceso, mirando fijamente a Hong Yin. "¡Hong Yin! ¡Tú eres el hijo del Rey Lobo Sanguinario!"
"¿Y quién demonios eres tú?" Hong Yin resopló. Empuñó su daga apuntando el filo hacia aquel extraño sujeto, dando medio paso adelante en una postura de ataque.
"Tranquilízate. ¿Seguro que quieres pelear conmigo aquí? Si tú y yo luchamos con todas nuestras fuerzas, me temo que no sería demasiado difícil destruir la secta Sauce Verde, y no creo que quieras eso, ¿verdad?", dijo el hombre de negro. Miró rápidamente a las personas que le rodeaban y después centró su atención en el ceño fruncido de Hong Yin. "¿Realmente quieres matar ahora mismo a estos miembros de la secta Domadores de Bestias? Si alguno de ellos es asesinado frente a la secta Sauce Verde, ¿qué crees que pasará con esta última? ¿Piensas que otros se quedarán de brazos cruzados al enterarse…?"
Las expresiones de los discípulos de la secta Sauce Verde se tornaron grave. Mu Wanqing observó a Hong Yin a la expectativa, muy nerviosa.
El joven parpadeó unas cuantas veces, meditando profundamente. Después de varios segundos de suspenso, suspiró con suavidad, guardó su daga, y con un movimiento de sus pies, apareció instantáneamente en un extremo del lago. Extendió su mano derecha en dirección a la bola de agua y, tocando amablemente el hombro del simio gigante, la masa de agua se vació y el simio dorado en su interior desapareció. Posteriormente, dio un salto llevándose con él a Xiao Tang y regresó a la entrada de la secta Sauce Verde.
"Tú…" Al ver que Hong Yin se había adueñado del simio gigante de ojos dorados, el semblante de Yang Lin cambió. Estaba por reclamar pero se encontró con la mirada de Hong Yin, quien intentaba suprimir sus ansias asesinas, por lo que no se atrevió a decir nada. Retiró a su rinoceronte de cuerno punzante y se posicionó tranquilamente a espaldas del sujeto de la túnica.
"Esta vez, sólo hemos venido aquí para buscar a alguien. No queremos causar más problemas. Creo que es mejor para la secta Sauce Verde entregar a esa persona rápidamente", dijo el hombre de ropajes negros luego de estudiar detenidamente a todos los que estaban allí reunidos.
Los ojos de Yu Fei relucieron mientras se recuperaba de su breve estado de aturdimiento. Dio un paso adelante y declaró en voz alta: "¡Así es! ¡Maestra Mu, entregué a Bai Yunfei! ¡No permita que nuestras dos sectas entren en conflicto por una sola persona!"
Zhang Zhenshan también dio un paso adelante y dijo con una mirada de pena y cólera: "¡No puedo vivir en el mismo mundo que la persona que asesinó a mi hijo! Este asunto solo me concierne a mí. Maestra Mu, pido que Bai Yunfei salga y haga frente a sus pecados. ¡Resolveremos esto con un enfrentamiento! De lo contrario, aunque mi enemigo sea la secta Sauce Verde, ¡haré lo que sea necesario para cumplir mi venganza!"
"¿Qué quieres un enfrentamiento…? Un cultivador en el reino de Espíritu de Alma queriendo luchar con otro en el reino de Guerrero de Alma… ¿Cómo te atreves siquiera a sugerirlo? Que falta de vergüenza…", replicó Mu Wanqing alzando las cejas.
"Al insistir en proteger a ese hombre, maestra Mu, está provocando que la secta Glacial sea su enemigo. Incluso si esto significa que ambos bandos deban sufrir considerables pérdidas, ¡voy a hacer justicia en nombre del anciano de mi secta!" Yu Fei se veía sombrío y furioso. Todos sus hombres blandieron armas y aguardaron la orden para lanzarse al ataque.
También se escuchó el sonido de espadas largas siendo desenvainados en el lado de la secta Sauce Verde. El ambiente estaba de pronto muy tenso, con ambos lados apuntando con sus armas al otro.
"¡Zhang Zhenshan, acepto luchar contigo!"
En ese momento, una voz con un matiz de rabia se oyó detrás de los discípulos de la secta Sauce Verde, y una persona salió lentamente con una mirada decidida.
¡No era otro que Bai Yunfei!
