Especialista en Fortalecimiento de Objetos

Anciano misterioso
El puñetazo de Bai Yunfei no iba cargado con el poder del Arte de Olas Superpuestas. Long Tao no pudo anticipar la fuerza ni velocidad del golpe, pero al menos se las arregló para estabilizarse luego de unos cuatro o cinco pasos al caer en retroceso. "¡Guerrero de Alma!" Long Tao se tomó el estómago con sus brazos y miró a Bai Yunfei con un temor justificado. "¿Ahora tienes miedo de mí? ¡Muy tarde!" Bai Yunfei resopló suavemente y se lanzó contra él. Aunque Long Tao estaba indeciso y sorprendido, su oponente lo atacaba, así que no le quedó más alternativa que responder. Los músculos de todo su cuerpo se abultaron, causando que su ya fornido cuerpo creciera unos cuantos centímetros. Y lanzó un puñetazo a Bai Yunfei. Yunfei inclinó su cuerpo; el golpe que Long Tao quiso darle con todas sus fuerzas solo rozó una imagen residual. Entonces vio como después se enderezaba y aparecía directamente por su costado izquierdo, sonriéndole con un rostro evaluativo. Bai Yunfei levantó la mano derecha y le conectó una fuerte y sonora bofetada en una mejilla. Empleando los Pasos Superpuestos, Yunfei dejaba una serie de imágenes residuales mientras giraba de izquierda a derecha, confundiendo más al ya aturdido Long Tao que solo pudo rugir y atacar al aire, siendo incapaz de tocarlo. Entonces, comenzó a conectarle bofetada tras bofetada; golpe a golpe, le pegaba de un lado de la cara, le giraba el rostro y lo golpeaba del otro lado al instante; así sucesivamente. "¡Esto es por creerte más que un extra!" "¡Esto es porque no te afeitas la barba!" "¡Esto por usar el apellido de tu familia para hacer el mal!" "¡Esto es… porque si!" En tan solo unos segundos, la cara de Long Tao se veía rojiza e inflada, con las mejillas hinchadas como las de un cerdo gordo y con barba. Bai Yunfei pareció cansarse de jugar y lo abofeteó una vez más, enviándolo por los aires. "Te dije, que se acabó tu tiempo extra en escena. ¡Consigue otro lugar donde ir a molestar y piérdete!" Long Tao, quien aún se hallaba suspendido en el aire, finalmente cayó al suelo y derramó una bocana de sangre de su boca. Parecía haber perdido los dos dientes frontales. Observó a Yunfei con ojos llenos de horror, sintiéndose enormemente humillado. Mientras un aturdido Long Tao trataba de incorporarse, Bai Yunfei aplaudió y se dio vuelta lentamente para ver al otro Long Tao (el menor), con el rostro desencajado de la sorpresa. Recordar que ese hombre deseaba abusar de Liu Meng hizo que Yunfei se pusiera de mal humor. Dio un pesado resoplido y caminó hacia él. Cuando Long Tao comprendió que ahora Yunfei dirigía su atención a él, inconscientemente quiso echarse a correr. Pero, estaba tan asustado que sus piernas le temblaban; perdió el equilibrio y cayó de trasero al suelo: "¡¿Qué crees que haces?! ¡No, no te acerques más! Yo soy, mi hermano es..." Entonces recordó que su hermano mayor se encontraba al otro lado de la calle escupiendo sangre, y cambió rápidamente sus palabras: "¡Mi padre es Long Gang! ¡La familia Long cuenta con cultivadores de alma muy poderosos! ¡No te atrevas a hacerme daño!" El desprecio se manifestó en los ojos de Bai Yunfei, no obstante, se detuvo. Justo cuando Long Tao suspiraba aliviado, Yunfei disparó tres dagas azules al agitar su mano derecha. Long Tao escuchó tres suaves sonidos. Cuando entendió lo que pasaba, su rostro se volvió pálido y comenzó a sudar frío. Dos dagas se encontraban clavadas en el suelo casi a la altura de sus manos, y la tercera, relucía incrustada entre sus piernas. Las dagas no lo hirieron, sino que atravesaron sus mangas y la fina tela del pantalón, dejándolo pegado al piso. Incluso podía sentir el filo helado de la daga en su entrepierna. Entendiendo que Long Tao estaba tan asustado que casi se orinaba en los pantalones, Bai Yunfei de pronto perdió el interés. Agitó su mano como si estuviera espantando una mosca y gritó: "¡Largo de aquí, lárguense todos!" Entre tanto el grupo de maleantes empezaba a huir, Bai Yunfei sacudió la cabeza y suspiró suavemente: "En serio, que escena tan cliché". "Yunfei, ¿estás bien?", preguntó Liu Meng al acercarse a Bai Yunfei, quien tomaba sus dagas del suelo. "Por supuesto que estoy bien, no podrían hacerme daño ni aunque lo soñaran", respondió él con una ligera sonrisa y repleto de orgullo. "Yunfei, en realidad no deberías haberlos molestado de esa manera... Me temo que la familia Long es bastante poderosa en esta ciudad", dijo Liu Meng, frunciendo un poco el ceño y mirando por donde los hombres se marchaban. "Eh, tienes razón. Me dejé llevar un poco. Apenas escuché que ambos se llamaban ‘long-tao’ no pude evitar molestarlos..." Bai Yunfei se rascó la cabeza y admitió que había ido demasiado lejos con sus acciones. "Pero eso es todo. Fue solo una confrontación sin mucha importancia. No deberían buscarnos problemas de nuevo..." "Ay, eso espero". Liu Meng suspiró: "Como sea, olvídate de ellos, Yunfei. Busquemos un lugar para cenar". Una alta medialuna se avistaba en el cielo nocturno. Bai Yunfei caminaba tranquilamente en dirección a la misma posada en la que descansó la noche pasada. "Ugh... ¿por qué acepté otra vez? Mi plan era marcharme mañana..." Suspiraba caminando con la cabeza un poco inclinada. "¿Por qué acepté ir mañana a encender un incienso en el templo Sauce Verde al sur la ciudad…?" Mientras se lamentaba en voz baja por aceptar la invitación de Liu Meng y prolongar su estadía en la ciudad Sauce Verde, en el fondo de su corazón en realidad ya esperaba que fuera el día siguiente. "Un día, solo un día más. Nada debería pasar…" Trató de convencerse con esas palabras. Bai Yunfei se preparaba para usar los Pasos Superpuestos y correr rápidamente a la posada, pero, repentinamente, su gesto cambió con brusquedad y se detuvo. Observó fijamente una bifurcación al fondo del mismo callejón por el que andaba; con voz profunda y amenazadora, dijo: "¡Sea quien seas, muéstrate!" "Oh, sí que estás bastante alerta". Una figura apareció lentamente. Juzgando por su voz, debía tratarse de alguien mayor, y por su silueta, no era muy alto. Permaneció oculto entre las sombras del lugar, por lo que no se alcanzaba a distinguir su rostro. "¿Quién eres?" Yunfei escondió la mano derecha detrás de su espalda, preparándose para enfrentar cualquier amenaza. Pensaba velozmente en la situación. ¿Podría ser alguien de la familia Zhang? ¿Tal vez era otro miembro de la familia Long? ¿O puede que fuera… un asesino de la secta Glacial? El viejo pareció estudiar a Yunfei de pies a cabeza. Con una risita, respondió: "No sabes quién soy, y yo tampoco sé quién eres tú. Así que, ¡intercambiemos algunos golpes para averiguarlo! Tan pronto dijo las palabras, el anciano realmente se lanzó al ataque. "Es rápido" Viendo como la figura del desconocido se abalanzó hacia él, Bai Yunfei se sorprendió. Sin embargo, en su rostro no demostraba pánico. Separó ligeramente los pies y retrocedió de espaldas, agitando la mano derecha y disparando dos dagas a su enemigo. El anciano parecía saber que Bai Yunfei realizaría ese movimiento y, desviando apenas su cuerpo, esquivó las dagas y siguió corriendo con una velocidad absurda. Finalmente, en ese punto del callejón, bajo la luz de la luna, Bai Yunfei pudo reconocer la apariencia de su atacante. Su cabello entremezclaba el blanco y el negro; su cara no era la de una persona mayor exactamente; solo demostraba unas pocas arrugas que aparecieron cuando sonrió en ese momento. Entrecerró los ojos cuando cruzó miradas con Bai Yunfei. ¡Y su mano estaba a punto de atraparlo por el cuello! Sin embargo, antes que lo alcanzara, Bai Yunfei se dejó caer de espaldas, desviando el cuerpo de forma extraña y posicionándose al otro extremo del pasaje. Pero, antes que pudiera hacer otro movimiento, sintió un fuerte impacto en lado izquierdo del torso. El anciano había cambiado instantáneamente su agarre por una palmada, y asestó el golpe en la cintura de Yunfei. El tremendo impacto causó que Bai Yunfei se moviera involuntariamente dos pasos hacia un lado, viendo venir la segunda palmada del anciano. Con un pesado resoplido, movió sus pies rápidamente para deslizarse por el suelo y esquivar, pero, en lugar de hacerlo, se giró para encarar al enemigo. El anciano se sorprendió y desistió de continuar su ataque. Acto seguido colocó las manos sobre el pecho para contener el golpe que iba a recibir por parte de Bai Yunfei. Con un brillo de determinación en los ojos, los músculos del brazo derecho de Bai Yunfei se hincharon mientras se inclinaba un paso hacia adelante. Arte de Olas Superpuestas: Puño de los Nueve Pilares. ~!BaM!~ Se oyó el fuerte sonido del choque. Los ojos del anciano resplandecieron de una forma extraña, retrocediendo continuamente. Bajo sus pies, se percibía una especie de crujido, pues el suelo de piedra se estaba agrietando con cada paso que daba. Tras detenerse cerca de diez metros de distancia, el anciano se sacudió las manos. ¡Había descargado el impacto del Puño de los Nueve Pilares directamente al suelo, y se encontraba completamente intacto!
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